viernes, 9 de diciembre de 2011

La familia en y con las bibliotecas (o al revés)

Os dejo algunas ideas de un artículo que he leído recientemente de Mercé Escardó y Bas que aparece en la revista Crecer en familia y que me parece muy interesante.

Hay familias de todo tipo, bien coloridas y diferentes, y en el caso de las bibliotecas ocurre lo mismo. Tanto las unas como las otras somos diferentes, porque somos únicas, maravillosas y raras, dependiendo de nuestra filosofía de vida. Y éste es el punto de contacto entre unas y otras, entre las familias y las bibliotecas: la vida.
Intentar ser conscientes de por qué la tenemos y por qué se acaba, encontrando significado al hecho de vivir y haber llegado en un momentoy en un sitio de precisos dentro de la infinidad de posibilidades que nosofrece nuestro mundo, y ayudando mientras tanto a que los pequeños de las casa hagan, paso a paso, lo mismo.

Y todo esto lo conseguiremos, tanto las unas como las otras,gracias a los libros, gracias a la lectura. Es cierto que las familias podrías hacer este camino solas, sin la ayuda de una biblioteca.

Pero si las bibliotecas quieren hacer lectores realmente,ayudar a que todos tengan la oportunidad de leer y así entender la vida através de los libros, no podemos hacerlo solas, necesitamos de vuestra asistencia, de vuestra complicidad. Pero antes hemos de tomar la decisión de,además de las misiones que como bibliotecas tenemos asignadas, convertirnos en unos espacios educadores y de convivencia.

Os ofrezco mi camino como prenda: una madre que cantaba y contaba, un abuelo que amaba los libros, una escuelita en la que me enseñaron a leer para saber lo que habían escrito otros, donde vivíamos los cuentos,teniendo siempre buenos libros a nuestro alcance, tanto en la escuela como encasa. Después estudiar biblioteconomía empujada por esta faceta de ser una lectora apasionada y, más adelante, ponerlo en práctica haciendo nacer y crecer una preciosa biblioteca para los niños y las niñas.
No es extraño que declare que no podría vivir sin leer ni escribir y que siempre intente, como ahora, transmitir mi pasión, respeto y agradecimiento que siento hacia los libros y la lectura libremente vivida y compartida



PASO A PASO

Desde esta experiencia vivida en plenitud he tenido el atrevimiento de dibujar este proceso lector que ahora compartiremos paso apaso.

Primer paso: la voz
La lectura empieza en la barriga de la madre con la voz, ya desde antes de nacer y a través del oído. La voz es el único estímulo que continuará acompañando al bebé en el nuevo medio al que llega.
Una voz que, después, le transmitirá seguridad en este tránsito de descubrirse como un ser diferente e independiente de la madre, y esta voz, acompañada de juegos y caricias, de música, la que le comenzará a regalar estas cajas mágicas que son las palabras, aún vacías para él pero que le harán emocionarse y le ayudarán a no sentirse solo.

Segundo paso: los libros y, en ellos, las imágenes.
Llegan las imágenes que viven en los libros, otro paso para ayudar a dar significado a las palabras. En él, los padres u otros adultos, con el libro y el bebé en el regazo continuarán con el proceso de darle nombre a lo que ven, relacionándolo con las imágenes con su realidad más cercana y dando paso a que descubra que el mundo, la vida que nos rodea, está en los libros. La lectura para el niño en este momento mirar y escuchar.

Tercer paso: el alfabeto, la huella de la voz
Estos adultos que cuentan y descifran las hileras de hormigas que son las letras, despiertan en los niños el interés por descubrir “lo que pone”, contagiando sus emociones y el placer que sienten por saber leer, hasta que ellos lo puedan hacer por sí mismos.

Ya teníamos claro que el proceso lector empieza en el entorno familiar: la voz es suya. La familia es el primer agente lector.

Llega el momento de descubrir qué es el sonido, la voz, la palabra, que deja huella en el papel como la de los animales que se pasean por un camino, y que descodificar estas huellas es leer.

Este nuevo aprendizaje, sea en la escuela o en caso, se tendría que hacer con la calidad necesaria para que los pequeños tengan interés,curiosidad, ilusión por descubrir lo que otro ha escrito; leer para vivir, para conocer, para soñar, aportando lo que somos y el significado que guardamos en casa caja/palabra para recrear lo leído.


Cuarto paso: los libros, los nidos de las palabras que narran, que explican.
Este siguiente paso se da cuando los niños ya leen por sí solos. Entonces hay que ofrecerles la posibilidad de encontrar buenos libros en la escuela, en la biblioteca pública, en las librerías, en casa. Libros escritos a la luz de la inspiración, dibujados también a esa luz, editados sin esconder el proceso que permite que su lectura alimente y nos haga crecer como personas, ofreciéndonos la oportunidad de vivir otras vidas que no son las nuestras; la oportunidad de meternos en la piel de otros y, por lo tanto, de ensanchar nuestros sentimientos y vivencias.

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